lunes, 12 de mayo de 2008

El que invento la luna.




Este viernes pasado estuve en la luna.

Me compre un chubasquero en los chinos y una chocolatina a un gitano que me debe 0.50 céntimos. Cargue los pulmones con provisiones de oxigeno y me fui a la puerta de embarque. Allí mantuve contacto con una extraterrestre, al contrario de lo que yo pensaba son negros , y su sexo creo que era femenino pero a saber. Mientras esperábamos el chequeo medico imprescindible para ir a la luna, un montón de hombrecillos de verde y amarillo chillón bailaban a sus anchas por la zona. Mi compañero de viaje y yo pasemos sin problemas el chequeo y tuvimos la aprobación del medico. Por lo visto unas casi 20.000 personas también pasaron el chequeo sin problemas, y todos juntos nos dispusimos a ocupar nuestro espacio en la nave. Con dos horas de antelación, los nervios a flor de piel, las lagrimas saltadas y la boca abierta empece a medio ser consciente del gran viaje que me esperaba, bueno a mi, a mi compañero y a los 19.998 pasajeros mas. En el fondo de la nave una radio antigua, un avión y un soldado de juguete, una botella de whisky y un vaso vacío.
Todo señalaba que iba a ser el mejor viaje de mi vida...
Hay que decir que el tiempo no acompañaba...pero que importa, voy a la luna. Unas turbulencias animarían el viaje...vaya si lo animaron. Tres minutos antes de lo previsto encendieron los motores, humo, buena música en la radio antigua y un hombre bebiendo del vaso que ya no estaba vacío. A partir de ese momento todo se quedo en suspensión, cuando viajas a la luna el tiempo parece no pasar. Salio la tripulación al completo. El comandante mas viejo de lo que me esperaba, me hizo llorar.
Si, llore un montón, por que ahora puedo decir que vi al hombre que invento la luna.

Otro borrón en mi lista de sueños...

Azotes señores viajeros.

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